El Ministerio de Capital Humano incrementó las partidas presupuestarias destinadas a las universidades en un 70%, luego de la medida de fuerza realizada ayer en todo el país. La medida fue impulsada por la Secretaría de Educación a través de la Subsecretaría de Políticas Universitarias para garantizar el funcionamiento de las 55 universidades nacionales.
El objetivo principal es garantizar los servicios básicos como la luz y el gas además de asegurarle a cada una de los establecimientos los insumos necesarios para el mantenimiento edilicio.
Esto surgió a raíz del pedido que hicieron los rectores de las universidades públicas a finales de febrero, donde advertían lo cuesta arriba que se tornaba afrontar los gastos actuales con un presupuesto congelado.
La decisión se hizo pública antes de que comience la medida de fuerza de los trabajadores de las instituciones de todo el país. Este paro cuenta con el respaldo de la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), cuyos representantes estuvieron presentes en la conferencia de prensa en la que se anunció la decisión gremial.
La principal queja que motivó este accionar fue la falta de presupuesto para las universidades y la caída de los salarios. Si bien en febrero el Gobierno dio un 16% de aumento para el personal de las universidades, desde el Frente Sindical Universitario (FSU) explicaron que 10 puntos correspondían a lo acordado en la paritaria 2023, en contraste con una inflación acumulada de 51,3% entre diciembre y enero -que con el dato de febrero alcanza 71,3% en tres meses-. Los gremios rechazaron la propuesta inicial y reclamaron una oferta salarial que recupere el poder adquisitivo.
También en la Universidad Nacional de Tucumán se alzaron voces de alerta. “El sistema universitario argentino vive hoy una situación de ahogo e incertidumbre como quizá nunca había conocido”, advierte el comunicado de la Facultad de Filosofía y Letras.
“Hoy, una concepción política que desde el propio Estado rechaza al Estado, pregonando un individualismo salvaje y la sumisión a unas supuestas indiferentes leyes del mercado, que está dispuesta a ceder las condiciones de soberanía en las más diversas dimensiones de la vida social y política de las y los argentinos, cierne consecuentemente sobre las universidades la sombra de un mayúsculo recorte presupuestario que afecta salarios, becas y hasta los insumos mínimos necesarios ya no sólo para el crecimiento y la proyección de toda esta historia en curso, sino incluso para la continuidad misma del trabajo cotidiano en el que esa historia se produce y reproduce”, se reprocha. Al finalizar, dice: “La comunidad de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT se siente entrañablemente compelida a alzar su voz para denunciar esta situación, advertir sobre sus nefastas consecuencias para el futuro de la sociedad argentina toda, sumarse a los movimientos que en todo el país comparten este incontestable reclamo y convocar a las y los argentinos a exigir la revisión de estas políticas”.